Triste. Así quedó el aficionado culé el domingo por la noche, tras perder la final de la Supercopa ante el Real Madrid. Triste, más por cómo se perdió, que por la magnitud del trofeo en sí. Un título que dejó escapar cuando en gran parte del partido fue superior al conjunto merengue. Una desconexión final que pagó muy cara el conjunto azulgrana.
El equipo dirigido por
Saras había perdido la semana anterior, con todo merecimiento, el primer trofeo
de la temporada al perder la final de la Lliga Catalana ante un gran BAXI
Manresa. Ahí el seguidor blaugrana se había llevado ya la primera decepción de
la temporada.
Si comparamos este inicio
de segundo curso de Jasikevicius al mando, con el primero, no encontramos ninguna
diferencia. El año pasado, también salió derrotado en los dos torneos previos
al arranque de la temporada y luego vimos de qué manera la acabó, con el título
de Liga y llegando a la final de la Euroliga. La diferencia de curso pasado a
éste, la encontramos en ese run-run (lo que Johan Cruyff calificó como famoso
entorno) que persigue a la sección desde antes de arrancar la pretemporada. Si
el año pasado no se dio mayor importancia a los dos tropiezos, lógico por otra
parte, ahora se han disparado, de manera totalmente incomprensible, las alarmas
en el entorno culé.
El citado run-run arrancó
con las salidas de Adam Hanga y Víctor Claver de las que se ha hablado mucho,
sobre todo que el Barça perdía dos puntales a nivel defensivo. Para más inri,
Hanga reforzaba a su más directo rival, el Real Madrid. Un jugador muy querido
por el seguidor azulgrana. Continuó con la duda de la calidad o nivel de algunos
de los recién llegados que les han sustituido, insistiendo en que el nivel de
la plantilla ha bajado respecto a la pasada campaña. Y el último “problema” que
ha salido a la luz, ha sido la supuesta presión de la directiva azulgrana a que
Nikola Mirotic se baje sus emolumentos.
A todo este rio revuelto,
se une la indefinición de Pau Gasol sobre si seguirá un año más o se retirará
definitivamente. Si sucede una cosa o la otra, está claro que los roles de los
jugadores interiores, será muy diferente.
Con todos estos fuegos
sofocados y por sofocar, está claro que no es la mejor manera de trabajar y
comenzar una nueva temporada, cuando lo que más se necesita ahora, es trabajar
con tranquilidad para asentar unos mimbres que se van a ir viendo a lo largo
del curso.
Calma. Eso es lo que debe
tener este equipo. Primero porque tiene una de las mejores plantillas de Europa
(estando el club prácticamente en quiebra) y segundo, porque la dirige un gran
entrenador cómo Saras, que conoce muy bien internamente al club. Si les dejan
trabajar sin excesivo ruido exterior, los resultados llegarán.
Tranquilidad que esto no
ha hecho nada más que comenzar.