jueves, 22 de julio de 2021

La última parada de un viaje maravilloso

Si tuviéramos que definir en dos palabras a la Selección Española de Baloncesto antes de comenzar su participación en los JJOO, serían sin duda, tranquilidad e ilusión. La tranquilidad que da un colectivo curtido en mil batallas, que siempre o casi siempre ha salido victorioso e ilusión por poner el broche definitivo a una serie de jugadores que ha bordado la excelencia y que se despedirá de la Selección al concluir los JJOO. Sin duda, para ellos sería el final soñado, la última parada de un viaje maravilloso. Un viaje que realizarán un grupo magnífico de jugadores dispuesto a todo.

El líder del equipo, cómo no puede ser de otra forma, será Pau Gasol. El de Sant Boi, a sus 41 años y tras superar una lesión en el pie que le ha mantenido fuera de las canchas dos años, viene con la ilusión de un principiante. Aunque su tiempo en la pista se verá reducido, la gran campaña realizada los últimos meses con el Barça nos hace ser optimistas y seguro que veremos a un gran Pau durante el torneo.

A Pau le acompañan varios jugadores que con sus clubs no han tenido un año sencillo y seguro que querrán desquitarse de un año en el que no han brillado. Su hermano, Marc Gasol, querrá redimirse de la irregular temporada con Los Ángeles Lakers, donde no se le llegó ver completamente cómodo en la franquicia de California. Su gran visión de juego y experiencia debe ser clave en los momentos importantes de la competición.

Otro jugador importante y que será el líder en la pista y clave en el devenir de España, será Ricky Rubio. El director de orquesta español ha tenido también una temporada con muchos altibajos con los Timberwolves, aunque al MVP del último mundial se le ha visto una mejor versión, en los amistosos previos al torneo olímpico. El del Masnou será el termómetro del equipo. Cuanto mejor esté Ricky, mejor estará el combinado español.

Dos ilustres veteranos qué en el Real Madrid, por diferentes circunstancias, han bajado sus prestaciones este año, cómo Rudy Fernández y Sergi Llull o un Víctor Claver que prácticamente no ha contado para Jasikevicius en el Barça, estarían en la misma situación de Marc y Ricky. Son jugadores que querrán dar un golpe encima de la mesa y curar su orgullo herido.

El resto de ramillete de jugadores de la Selección ofrece muchísimas variantes. Sergio Rodríguez, será el revulsivo desde el banquillo dando refresco a Ricky, Álex Abrines aportará defensa y amenaza exterior, Alberto Abalde su talento anotador, Usman Garuba su garra, fuerza e intensidad y los hermanos Hernangómez (sobre todo Juancho), volverán a ser importantes en el roster español.

Todos ellos bajo la dirección de Sergio Scariolo. El coach, ha conseguido que los egos de los jugadores se pongan al servicio del equipo. Algo que a priori puede ser fácil, pero que no lo es y es clave a la hora de conexionar a un equipo y conseguir grandes metas.

Está claro que luego el torneo pone a cada uno en su lugar, pero Sergio tiene suficientes mimbres, como para mínimo luchar por las medallas. Sin duda, sería la última y brillante parada de un viaje maravilloso.     

miércoles, 21 de julio de 2021

La reivindicación de un equipo llamado Milwaukee Bucks

“Es fácil ir a algún lado y ganar un campeonato con alguien más. Podría ir a un Super Equipo y simplemente hacer mi parte y ganar. Pero esta es la manera difícil de hacerlo y esta es la manera de hacerlo. Nosotros lo conseguimos”. Estas palabras salían ni más ni menos que de un exultante Giannis Antetokoumpo, tras proclamarse Campeón de la NBA. Unas palabras qué suenan a reivindicación. Su memorable actuación en el sexto y definitivo encuentro quedará para la historia. Los 50 puntos, 14 rebotes y 5 tapones guiaron a los Milwaukee Bucks, cincuenta años después, a conseguir un nuevo anillo, tras derrotar a Phoenix Suns por un computo global de 4 a 2.

A sus 26 años Giannis se consagra como Estrella absoluta de la Liga. Una estrella que había sido puesta en duda tiempo atrás… Qué si no sabe lanzar de tres, que sólo es físico, que cuando llega el momento de la verdad, los Playoffs, se diluye como un azucarillo... Todos esos dimes y diretes los ha derribado de un golpe, de manera definitiva. Se ha visto al jugador griego liderar a los suyos como antes lo había hecho, con la inteligencia de echarse a un lado por el bien del equipo, cuando el juego lo ha requerido. Tener la madurez de estar en un segundo plano en los últimos minutos de partido, cuando los sistemas y lanzamientos iban dirigidos a su compañero Khris Middleton, son dignos de elogio.

El compromiso de Antetokoumpo tras recuperarse de la lesión en la ronda anterior ante Atlanta Hawks marcaron el camino al resto del equipo. El mensaje fue claro, para llegar al éxito había que sufrir y vaya si los de Wisconsin lo han hecho en estos Playoffs… Una serie en la que acabaron exhaustos ante Brooklyn Nets y que se decidió por pequeños detalles o sin ir más lejos, levantar un dos a cero en la Final ante los Suns, dan fe que el camino hasta ser Campeones no ha sido nada fácil.

Pero está claro que un jugador no consigue sólo los Campeonatos. Giannis ha tenido la suerte de tener a su lado a una serie de jugadores, que no faltos de calidad, sí que no han tenido el reconocimiento que merecen o han estado a la sombra hasta el día de hoy. Sin ir más lejos, el segunda espada del equipo, Khris Middleton ha sido clave en la consecución del anillo. Excelso tirador y un seguro de vida en los momentos finales y calientes de partido, ha hecho unos magníficos Playoffs. De hecho, si no llega a ser por el superlativo último partido de Giannis, Middleton podría haberse llevado perfectamente el galardón de MVP de los Playoffs.

Otro claro ejemplo de jugador infravalorado ha sido el base Jrue Holiday. Su llegada no causó mucho revuelo, pero que ha resultado clave en el devenir de unos Bucks campeones. Su dirección de juego, unido a su excelente defensa (sólo hay que recordar el robo en los segundos finales del quinto partido de la final a Devin Booker), era lo que necesitaban los de Milwaukee. Un tercer espada que habían adolecido en campañas anteriores los Bucks.

Pero no sería justo acaparar los focos sólo en los tres grandes bastiones del equipo. El resto de la plantilla ha realizado también una gran labor. La defensa y amenaza exterior de P.J. Tucker, Pat Connaughton o Bobby Portis, unida a el buen hacer de Brook López, ha resultado también decisiva. Sin ellos, el anillo de Campeón no habría sido posible.

Todo ello bajo la dirección y tutela desde el banquillo de Mike Budenholzer. El pupilo del mítico Greg Popovych también sale muy reforzado tras la consecución del campeonato. La sombra de un posible cese sobrevolaba su cabeza no hace mucho y Mike ha sabido ajustar y sobre todo minimizar las virtudes de unos Suns que parecían disparados hacía el titulo tras disputarse los dos primeros encuentros. Una parte importante del título también es suya.   

Milwaukee Bucks un equipo que se ha reivindicado de la mejor manera posible, tras años en los que había sido una de las grandes decepciones de la Liga. ¿Será este el primer anillo de muchos? Veremos…