Ciertos interrogantes se presentaban a principios de temporada respecto al equipo con sede en Brooklyn. Expectantes estábamos por ver si el equipo de Joseph Tai, tendría buena química o bien sería un polvorín. El sorprendente nombramiento como entrenador jefe, al novato en estas lindes, Steve Nash, unido al comportamiento que tendrían en cancha dos estrellas del calibre de Kevin Durant e Kyle Irving, después de largos tiempos de inhabilitación, nos hacían ser precavidos en cuanto a un veredicto positivo o negativo al respecto.
Pues bien, se han
necesitado tan solo dos partidos para ver que este equipo va en serio y para
comenzar, ha dado un golpe encima de la mesa. De inicio, las sendas palizas a Golden
State Warriors y sobre todo a Boston Celtics, un contender en la conferencia
Este, lo rubrican.
El éxito o el fracaso de
este equipo se medirá en gran parte del nivel y compenetración que demuestren
sus dos grandes estrellas: Kevin Durant y Kyle Irving. El primero tras estar
más de un año lesionado debido a su rotura del tendón de Aquiles, ha demostrado
que vuelve a ser el de antes, con un nivel excelso tanto ofensivo como
defensivo. El segundo no le ha ido a la zaga. Dos exhibiciones, han hecho
recordar a la mejor versión del controvertido base.
Gran parte de las acciones
ofensivas del equipo pasaran por sus manos, pero estos Nets encuentran en su
quinteto titular otras armas de gran valor. El acierto exterior del alero Joe Harris,
toda una garantía desde la línea de tres, los más de veinte puntos por partido
que hizo Spencer Dinwiddie le harán ser la tercera baza ofensiva de este equipo
y los rebotes e intimidación del veterano DeAndre Jordan, consolidan un
quinteto preparado para todo.
Pero no todo se termina
en los jugadores que disputaran más minutos dentro de la cancha. Desde el
banquillo nos encontramos con hombres de la talla de Jarret Allen, Caris
Levert, Landry Shamet o Jeff Green que redondean una plantilla muy equilibrada.
Y para manejar este
elenco de jugadores, nada más y nada menos, que todo un All Star como Steve
Nash. Sí, un novato dirigiendo un equipo, pero cabe recordar que fue un jugador
extremadamente inteligente dentro de la cancha. Si consigue trasladar toda su sabiduría,
su conocimiento en coexistir con otras estrellas, el éxito está garantizado.
Los aficionados nos
encontramos con un equipo que nos ha hecho disfrutar estos dos primeros
partidos, pero de bien seguro al resto de franquicias no les ha hecho la misma
gracia, porque estos Brooklyn Nets empiezan dando miedo.